
El niño promotor es alegría en su máxima expresión, es maravillosamente encantador y abierto. El promotor adulto es un seductor, le gusta ser el centro, que le miren. Le encanta el cambio, sin retos y cambios la vida es muy aburrida. Adora la fiesta, la diversión y se siente obligado a animar a los demás. Es capaz de vender cualquier cosa y sabe que el es una persona de éxito. Es muy competitivo, lo quiere todo y lo quiere ya. Ensalza tanto la alegría que a veces la convierte en euforia y la caída desde tan alto es peor. Las caídas las vive en soledad, nadie se entera, hasta que recupera su humor y su sonrisa.
Ninguna tipología es mejor que otra, cada una tiene unos puntos fuertes y sus debilidades. Descubre cual es el talento y la vocación del Promotor y como vencer sus debilidades.
Un ejemplo de Promotor que alcanza grandes niveles de humanidad y espiritualidad se refleja en la figura del Dalai Lama. Otros ejemplos de Promotores son Marilyn Monroe, Brad Pitt o Angelina Jolie.